PERROSKY - EL RITMO Y LA CALLE
PERROSKY
"El Ritmo y la Calle"
Algo Records
2007
"Perrosky” es un dúo formado por los hermanos e integrantes de Guiso Alejandro “Perrosky” Gómez (guitarra, voces, armónica, teclados, bajo) y Álvaro Gómez (batería y percusiones), que luego de dos Eps, “Añejo” (2001) y “Otra vez” (2004), logran sacar su esperado álbum debut “El Ritmo y la Calle”, el cual después de muchos inconvenientes (cuando estaba listo para ser lanzado a principios del 2006, el computador donde tenían la única copia se fundió) logró salir a la luz.
Dentro de los 24 tracks que trae la placa, 7 son extractos de diferentes personajes musicales que grabó Perrosky en su viaje por la ciudad, dentro de los que se encuentran unos raperos callejeros, un organillero, una jazzista y un acordeonista, todos extraídos del ambiente callejero que caracteriza a Santiago, y que sin lugar a duda son parte de la influencia de esta banda.
Entrando de lleno al disco, las canciones de Perrosky son temas que poseen una base de dos a tres versos y acordes y sobre eso se va construyendo cada canción hasta que cada una toma identidad propia, creando de algo tan simple, un concepto potente y que te va atrapando a medida que corren los minutos. Así, con mucho eclecticismo en cuanto a música y letra, se pueden encontrar por un lado canciones de una tónica más cansina, que con un ritmo lento te envuelven sin que te des cuenta. Es el caso de “Solo” o “Lejos”, la primera preguntando a un amigo sobre su soledad y terminando con una bella armónica y la segunda evocando sobre la melancolía al recordar a su natal Copiapó y al preguntarse si ha servido el tiempo que ha vivido acá.
También hay canciones muy potentes, con buenos riffs de guitarras, volviendo a la potencia de su banda Guiso, donde tocan bien afiatados los hermanos Gómez y en donde se emana en estas canciones rabia, odio, en general sentimientos hacia ciertas personas no muy queridas. Así como la fuerza de “Revólver” se basa en la crueldad de los versos: “dame un arma para matar/ matarte porque me caes mal/” o en “Si tu Pudieras”: “si tu pudieras ayudar/ a todo el mundo por igual/ de que podrías ayudar/ pero aun hay tiempo/” es un tema político que llama a la acción. Del mismo modo hay espacio para otros ritmos como las rancheras en “El Tránsito” que pone la alegría en este disco o para canciones tipo plegarias como en “Lagonias” influenciada por el folclorista argentino Atahualpa Yupanqui.
Sin embargo, lo mejor del disco va por el lado de las baladas, donde Perrosky se despacha los mejores temas del álbum, como la notable y radial “AM”, que posee una melodía irresistible y un aire a clásico, con un buen juego de su guitarra con la armónica creando un ambiente cálido y acogedor: “Como un naufrago en la ciudad/ he perdido el mundo en estas arenas/no/no quiero escuchar más/ no quiero escuchar más unas sirenas/”, sin lugar a duda uno de los temas nacionales del año. Otras canciones que van por la misma onda son “La Muñeca” y “El Pobre Diablo” que siguen siendo temas muy simples, con una base de dos a tres versos pero que poseen esa belleza que tiene las cosas simples de la vida y que son las que uno más valora, y es eso lo que te muestra el disco, que no se necesita gran complejidad para crear grandes canciones, esta no es una placa que haya inventado algo nuevo ni que vaya a revolucionar la forma de la música, es un disco de canciones, pero de aquellas que se sustentan en lo inteligente de sus melodías, letras y acordes para crear temas que te llevan a pasear por las calles, por los barrios, por los bares de la capital, y Perrosky rescata esa cultura con solvencia.
En fin, este es un disco callejero, que nos muestra toda la cultura popular que ha influenciado a Perrosky partiendo por las rancheras, folk, blues, rock, etc, transmitiendo toda su sinceridad, pasión, honestidad, alma y sangre durante la hora que dura el álbum, y si somos capaces de escuchar esas sensaciones en un disco, como oyentes ya podemos sentirnos satisfechos.
Dentro de los 24 tracks que trae la placa, 7 son extractos de diferentes personajes musicales que grabó Perrosky en su viaje por la ciudad, dentro de los que se encuentran unos raperos callejeros, un organillero, una jazzista y un acordeonista, todos extraídos del ambiente callejero que caracteriza a Santiago, y que sin lugar a duda son parte de la influencia de esta banda.
Entrando de lleno al disco, las canciones de Perrosky son temas que poseen una base de dos a tres versos y acordes y sobre eso se va construyendo cada canción hasta que cada una toma identidad propia, creando de algo tan simple, un concepto potente y que te va atrapando a medida que corren los minutos. Así, con mucho eclecticismo en cuanto a música y letra, se pueden encontrar por un lado canciones de una tónica más cansina, que con un ritmo lento te envuelven sin que te des cuenta. Es el caso de “Solo” o “Lejos”, la primera preguntando a un amigo sobre su soledad y terminando con una bella armónica y la segunda evocando sobre la melancolía al recordar a su natal Copiapó y al preguntarse si ha servido el tiempo que ha vivido acá.
También hay canciones muy potentes, con buenos riffs de guitarras, volviendo a la potencia de su banda Guiso, donde tocan bien afiatados los hermanos Gómez y en donde se emana en estas canciones rabia, odio, en general sentimientos hacia ciertas personas no muy queridas. Así como la fuerza de “Revólver” se basa en la crueldad de los versos: “dame un arma para matar/ matarte porque me caes mal/” o en “Si tu Pudieras”: “si tu pudieras ayudar/ a todo el mundo por igual/ de que podrías ayudar/ pero aun hay tiempo/” es un tema político que llama a la acción. Del mismo modo hay espacio para otros ritmos como las rancheras en “El Tránsito” que pone la alegría en este disco o para canciones tipo plegarias como en “Lagonias” influenciada por el folclorista argentino Atahualpa Yupanqui.
Sin embargo, lo mejor del disco va por el lado de las baladas, donde Perrosky se despacha los mejores temas del álbum, como la notable y radial “AM”, que posee una melodía irresistible y un aire a clásico, con un buen juego de su guitarra con la armónica creando un ambiente cálido y acogedor: “Como un naufrago en la ciudad/ he perdido el mundo en estas arenas/no/no quiero escuchar más/ no quiero escuchar más unas sirenas/”, sin lugar a duda uno de los temas nacionales del año. Otras canciones que van por la misma onda son “La Muñeca” y “El Pobre Diablo” que siguen siendo temas muy simples, con una base de dos a tres versos pero que poseen esa belleza que tiene las cosas simples de la vida y que son las que uno más valora, y es eso lo que te muestra el disco, que no se necesita gran complejidad para crear grandes canciones, esta no es una placa que haya inventado algo nuevo ni que vaya a revolucionar la forma de la música, es un disco de canciones, pero de aquellas que se sustentan en lo inteligente de sus melodías, letras y acordes para crear temas que te llevan a pasear por las calles, por los barrios, por los bares de la capital, y Perrosky rescata esa cultura con solvencia.
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por Alexis
1 comentario:
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