ANATHEMA - TEATRO CAUPOLICÁN. 10.10.06
Es sabido que a lo largo de la historia del país queda la sensación que son muchas más las bandas que se anuncian que las que efectivamente se presentan. Cuando supe que Anathema se presentaría en Chile, mi reacción natural fue no hacerme muchas ilusiones. A medida que la espera se acortaba, sólo nos quedaba la fe de que el milagro sucediera. Como desalentado, no soy muy afín a eso de tener fe y pensar que las cosas resultaran de maravilla, pero por Anathema todo fue posible. Finalmente, el martes se transformó en “un buen día para escapar” y el teatro Caupolicán se convirtió, cual “Old Trafford” (Teatro de los Sueños), en el escenario ideal para la realización del sueño de miles de personas.
La tarde lucía serena, y tras un tranquilo ingreso de la gente al recinto todo estaba dispuesto para un gran espectáculo. Lamentablemente, tuve que tomar posición en platea y no en cancha como me hubiese gustado hacerlo; y digo lamentable porque esos asientos son los peores del circuito. Además, el audio no anduvo del todo bien por ese sector, a pesar de los buenos comentarios que escuché al respecto por parte de gente en cancha. Así, estaba expectante por lo que se venía. Pasadas las 20 horas, apareció la banda telonera: Bitterdusk ¿Un desacierto? Pienso que estuvieron mal seleccionados, pero en fin. Su show fue lento, pero correcto en la ejecución. Mención aparte merece el vocalista se tomó el cuento tan en serio que no pude evitar la risa, lo siento, “casi” me da miedo.
A eso de las 21:30 y luego de varios comienzos falsos, se da inicio al escape colectivo, la luz baja y se escucha una canción de Sigur Ros de fondo. Showtime! El teatro en la oscuridad con unas luces rojas de fondo daba paso a “Childhood Dream”. Empezaba la locura y las siluetas de fondo comenzaban a moverse. Era realidad: señoras y señores, con ustedes, Anathema. Apareció Vincent, Daniel y el resto de la banda portando una bandera chilena con “Anathema” escrito en el frío de la nieve de nuestra blanca cordillera. Todo apuntaba a que aquél frío se apoderaría del escenario y la efervescencia se hacía máxima cuando todos comenzábamos a ser parte de aquél maravilloso momento en el tiempo, con “Shroud of False” y todas las voces se hacían una. El frenesí estalló con toda su fuerza con el golpe efectivo que siempre provoca uno sus emblemas, “Fragile Dreams”, de su disco Alternative 4. Un hiperactivo Daniel y un enérgico Vincent marcaban la pauta de lo que sería el resto del show: un apasionado viaje hacia el interior de cada uno, un secreto que no lo contaríamos a nadie y que, sin embargo, compartimos en ese momento. Vinieron “Balance” y “Closer”, de A Natural Disaster, y me parecía curioso observar a los “metaleros” mostrar su lado más íntimo, por así decirlo, y disfrutar con estas canciones que en vivo tenían vida propia, sonaban potentes y calaban hondo. “Your dream world is a very scary place”... y todos parecíamos un poco incomodados con la verdad revelada, con el tránsito de una multitud por un lugar tan propio.
En ese momento, el público maravillado se dejaba caer junto a “Lost Control” y el show continuaba en una fragilidad que parecía que en cualquier momento tocaríamos el piso, pero en lugar de eso llegamos a la profundidad, “Deep” y la multitud cantando al unísono, cosa que sorprendió al mismísimo Vincent, dejando al respetable dar rienda suelta al sentimiento que quemaba desde dentro. Le siguieron “Forgotten Hopes”, “Destiny is Dead” y “Empty”, la cual sonó mucho más rápida que su versión original.
¿Qué más podíamos pedir? Sin duda alguna que la voz femenina en “A Natural Disaster” a más de alguno nos provoca cosas, con lo cual, cuando vimos aparecer a Lee, satisficimos aquel último fetiche. Presentada por Vincent de manera especial debido a su cumpleaños, la multitud le dedicó un emotivo “cumpleaños feliz” y comenzamos a disfrutar de “A Natural Disaster” y “Parisienne Moonlight”, con un juego de voces que se complementa a la perfección y le da un aire especial a la lírica de la banda. Impresionante, a pesar que en este momento, la amplificación alcanzó su punto más bajo, pero bueno, nada fue suficiente para opacar semejante instante.
A continuación, se anuncia la ejecución de material nuevo, “Everything”, canción disponible en el sitio oficial o, en su defecto, en Desalentados. Luego el cover “Ann Further” y posteriormente “Inner Silence”, una de las canciones que me sorprendió, ya que la sentí diferente, profunda y desgarradora. “One Last Goodbye” es sublime, y acá me detengo un poco. Personalmente es una de mis favoritas, pero el martes fue como si la hubiese escuchado por primera vez y me conmovió de sobremanera, por la tristeza, por el excelente manejo de los tiempos, por la multitud coreándola a todo pulmón, sintiendo la letra de la canción y sintiendo aquel recuerdo que tanto dolor provoca y que se llevó nuestro corazón dejándonos desalentados. Sin embargo, es acá cuando Vincent, entre el extásis colectivo, pronuncia un “Smile” que nos vuelve el alma al cuerpo, nos descoloca y deja planteado un nuevo enfoque respecto del sufrimiento y concepto final que envuelve al grupo.
Pero queda un sector un tanto dejado de lado, pero que al escuchar el anuncio de una canción de las “antiguas” revivió y con euforia disfrutó de “Hope” y “Eternity Part III”, escrita por el viejo amigo Patterson. El extenso y variado repertorio mantenía al público prendidísimo y expectante de las posibles sorpresas que podrían venir. “Judgement” y “Panic”, que cada vez suena más rápida, trajeron de vuelta a la multitud que saltaba enérgicamente de un lado a otro tratando de seguir el vertiginoso ritmo impuesto a estas canciones.
La vuelta de Lee para “Temporary Peace” nos trajo la calma, el susurro necesario para alcanzar la paz temporal suficiente para emprender vuelo con la grandilocuente “Flying”, que sonó perfecta, desgarradora, nostálgica y nos hizo sentir en trance por las nubes, vulnerables. Vuelta del grupo y luego de tocar “Angelica”, con la natural reacción del público, extendemos el repertorio hasta llegar a Silent Enigma y escuchar “A Dying Wish”, que cada día suena mejor. Luego de unas palabras para terminar este sueño, cae “Sleepless” y finalmente “Comfortably Numb”, espléndida, cierra una noche mágica.
En resumidas cuentas, esa fue la gran noche de escape, donde quedaron desmentidos rumores del estilo “Anathema suena mal en vivo”. El show fue sólido y muy por sobre las expectativas, que ya eran altas. Energía, pasión y honestidad por parte de estos músicos ingleses hicieron que miles de personas entráramos en un trance inolvidable, en una experiencia mágica que nos hizo obviar todo lo malo del recinto. Una noche emotiva, nostálgica pero a su vez potente y electrizante, un repertorio extenso cubierto en su mayoría, desde The Silent Enigma hasta A Natural Disaster y más.
Nada más que decir GRACIAS, y recuerden… SMILE!!!!!!!!
La tarde lucía serena, y tras un tranquilo ingreso de la gente al recinto todo estaba dispuesto para un gran espectáculo. Lamentablemente, tuve que tomar posición en platea y no en cancha como me hubiese gustado hacerlo; y digo lamentable porque esos asientos son los peores del circuito. Además, el audio no anduvo del todo bien por ese sector, a pesar de los buenos comentarios que escuché al respecto por parte de gente en cancha. Así, estaba expectante por lo que se venía. Pasadas las 20 horas, apareció la banda telonera: Bitterdusk ¿Un desacierto? Pienso que estuvieron mal seleccionados, pero en fin. Su show fue lento, pero correcto en la ejecución. Mención aparte merece el vocalista se tomó el cuento tan en serio que no pude evitar la risa, lo siento, “casi” me da miedo.
A eso de las 21:30 y luego de varios comienzos falsos, se da inicio al escape colectivo, la luz baja y se escucha una canción de Sigur Ros de fondo. Showtime! El teatro en la oscuridad con unas luces rojas de fondo daba paso a “Childhood Dream”. Empezaba la locura y las siluetas de fondo comenzaban a moverse. Era realidad: señoras y señores, con ustedes, Anathema. Apareció Vincent, Daniel y el resto de la banda portando una bandera chilena con “Anathema” escrito en el frío de la nieve de nuestra blanca cordillera. Todo apuntaba a que aquél frío se apoderaría del escenario y la efervescencia se hacía máxima cuando todos comenzábamos a ser parte de aquél maravilloso momento en el tiempo, con “Shroud of False” y todas las voces se hacían una. El frenesí estalló con toda su fuerza con el golpe efectivo que siempre provoca uno sus emblemas, “Fragile Dreams”, de su disco Alternative 4. Un hiperactivo Daniel y un enérgico Vincent marcaban la pauta de lo que sería el resto del show: un apasionado viaje hacia el interior de cada uno, un secreto que no lo contaríamos a nadie y que, sin embargo, compartimos en ese momento. Vinieron “Balance” y “Closer”, de A Natural Disaster, y me parecía curioso observar a los “metaleros” mostrar su lado más íntimo, por así decirlo, y disfrutar con estas canciones que en vivo tenían vida propia, sonaban potentes y calaban hondo. “Your dream world is a very scary place”... y todos parecíamos un poco incomodados con la verdad revelada, con el tránsito de una multitud por un lugar tan propio.
En ese momento, el público maravillado se dejaba caer junto a “Lost Control” y el show continuaba en una fragilidad que parecía que en cualquier momento tocaríamos el piso, pero en lugar de eso llegamos a la profundidad, “Deep” y la multitud cantando al unísono, cosa que sorprendió al mismísimo Vincent, dejando al respetable dar rienda suelta al sentimiento que quemaba desde dentro. Le siguieron “Forgotten Hopes”, “Destiny is Dead” y “Empty”, la cual sonó mucho más rápida que su versión original.
¿Qué más podíamos pedir? Sin duda alguna que la voz femenina en “A Natural Disaster” a más de alguno nos provoca cosas, con lo cual, cuando vimos aparecer a Lee, satisficimos aquel último fetiche. Presentada por Vincent de manera especial debido a su cumpleaños, la multitud le dedicó un emotivo “cumpleaños feliz” y comenzamos a disfrutar de “A Natural Disaster” y “Parisienne Moonlight”, con un juego de voces que se complementa a la perfección y le da un aire especial a la lírica de la banda. Impresionante, a pesar que en este momento, la amplificación alcanzó su punto más bajo, pero bueno, nada fue suficiente para opacar semejante instante.
A continuación, se anuncia la ejecución de material nuevo, “Everything”, canción disponible en el sitio oficial o, en su defecto, en Desalentados. Luego el cover “Ann Further” y posteriormente “Inner Silence”, una de las canciones que me sorprendió, ya que la sentí diferente, profunda y desgarradora. “One Last Goodbye” es sublime, y acá me detengo un poco. Personalmente es una de mis favoritas, pero el martes fue como si la hubiese escuchado por primera vez y me conmovió de sobremanera, por la tristeza, por el excelente manejo de los tiempos, por la multitud coreándola a todo pulmón, sintiendo la letra de la canción y sintiendo aquel recuerdo que tanto dolor provoca y que se llevó nuestro corazón dejándonos desalentados. Sin embargo, es acá cuando Vincent, entre el extásis colectivo, pronuncia un “Smile” que nos vuelve el alma al cuerpo, nos descoloca y deja planteado un nuevo enfoque respecto del sufrimiento y concepto final que envuelve al grupo.
Pero queda un sector un tanto dejado de lado, pero que al escuchar el anuncio de una canción de las “antiguas” revivió y con euforia disfrutó de “Hope” y “Eternity Part III”, escrita por el viejo amigo Patterson. El extenso y variado repertorio mantenía al público prendidísimo y expectante de las posibles sorpresas que podrían venir. “Judgement” y “Panic”, que cada vez suena más rápida, trajeron de vuelta a la multitud que saltaba enérgicamente de un lado a otro tratando de seguir el vertiginoso ritmo impuesto a estas canciones.
La vuelta de Lee para “Temporary Peace” nos trajo la calma, el susurro necesario para alcanzar la paz temporal suficiente para emprender vuelo con la grandilocuente “Flying”, que sonó perfecta, desgarradora, nostálgica y nos hizo sentir en trance por las nubes, vulnerables. Vuelta del grupo y luego de tocar “Angelica”, con la natural reacción del público, extendemos el repertorio hasta llegar a Silent Enigma y escuchar “A Dying Wish”, que cada día suena mejor. Luego de unas palabras para terminar este sueño, cae “Sleepless” y finalmente “Comfortably Numb”, espléndida, cierra una noche mágica.
En resumidas cuentas, esa fue la gran noche de escape, donde quedaron desmentidos rumores del estilo “Anathema suena mal en vivo”. El show fue sólido y muy por sobre las expectativas, que ya eran altas. Energía, pasión y honestidad por parte de estos músicos ingleses hicieron que miles de personas entráramos en un trance inolvidable, en una experiencia mágica que nos hizo obviar todo lo malo del recinto. Una noche emotiva, nostálgica pero a su vez potente y electrizante, un repertorio extenso cubierto en su mayoría, desde The Silent Enigma hasta A Natural Disaster y más.
Nada más que decir GRACIAS, y recuerden… SMILE!!!!!!!!
por Salvatore Giuliano
2 comentarios:
Voté por Panic Show no poruq e crea que el transantiago lo provoca unilateralmente, sino porque la gente de repente se pone tan weona cuando le cambian un esquema...
una mierda de encuesta la de los 2 integrantes jajaaj
Publicar un comentario