WEICHAFE: GENTE DE VERDAD
Ya lo había señalado en algún otro review. Weichafe es una banda de exportación, lista para codearse con los grandes, una banda que hay que aprovechar de ver en vivo por módicas sumas. Y aunque decir esto ya se está convirtiendo en un lugar común a la hora de hablar del trío de guerreros, no se trata de ser majadero con esto porque sí, sino porque nunca es suficiente para hacerle entender al mainstream nacional qué están dejando de lado a unos monstruos del rock.
Lo del pasado 4 de Agosto fue como una especie de intercambio de regalos entre la banda y la hinchada, una especie de reconocimiento mutuo a 10 años de haberse conocido. La hinchada entregando toda su energía y cantando con más fuerza que nunca, como regalo de cumpleaños para el primer decenio de la banda, poniendo todo el empuje para que el show a registrar saliera de maravilla, y la banda a su vez haciendo un reconocimiento a la hinchada representada en sus tres fanáticos “emblemáticos”, que fueron fotografiados y plasmados en el telón de fondo del escenario.
Entrando de lleno al show, éste consistió en tres partes, separadas por intervalos de 10 a 15 minutos (donde sus servidores de Rock in Chains se encargaron de animar la fiesta con algunos rocanroles). Quizá este fue el único punto débil de la cita, su discontinuidad, que le quitó un poco de feeling, faltó un hilo conductor más sólido, aunque se entiende quizá por el hecho de que este era un show “pa’ la tele” y tenía que marchar todo a la perfección, especialmente el cambio de los instrumentos y la regulación de su sonido. Todo tenía que andar perfecto.
La cita partió a eso de las 22:15 con “Salvador”, “Opción Laverna” y “Pichanga”, para patear cabezas desde el principio, tres de sus temas más potentes de los primeros dos discos. Luego vendría el single de la última placa “Me voy a Encerrar”, que suena increíble en vivo, con la batería del Negro llevando a la perfección el tremendo “groove” del tema. En “La Miseria está Aquí” vendría el primer hito de la noche, dejando constancia en el registro audiovisual que un show en vivo es imperfección, es imprevisto. Un fan se sube al escenario y deja literalmente la cagá, bota el micrófono de Angelo, se le desenchufa la guitarra, y sin embargo no queda más que seguir tocando, a puro bajo y con micrófono improvisado. Ojalá no corten este momento de la grabación y quede constancia de este tipo de cosas, que por mucho que sean obra del infaltable fan “figuretti” que a muchos desagrada, son cosas que ocurren en la dinámica del show y que vale absolutamente la pena registrar.
Siguieron “Sin dormir”, “Pájaros de Papel” y “Pan de la Tarde” (con ese riff maravilloso que aparece promediando la canción) y luego tomarían lugar los recuerdos de Tierra Oscura del Sol: la grandilocuente “Silencio”, seguida por “Tres Puntas” (y otro riff memorable) y “Cadáver Feliz”, una de las más brutales composiciones de la banda. El cierre del primer bloque vendría con una de las favoritas de los fans: “Ripio y Soledad”.
El segundo set, tal como se había anunciado en la presentación, sería acústico. Se da la bienvenida a un dúo de cuerdas, a cargo de un contrabajo y una viola. “Dios es Sólo para Algunos” sonó más majestuosa de lo normal en vivo, ya que los músicos invitados hicieron que la versión se asemejara mucho a la del disco, cosa que comúnmente no ocurre. “De Espalda al Cielo” fue novedosamente interpretada para los acostumbrados a la crudeza y oscuridad del Tierra Oscura del Sol, con los ritmos cambiados y más hipnótica que de costumbre. “No Estoy Muerto”, es siempre un agrado escucharla en vivo, siendo uno de los temas más novedosos de la última entrega discográfica de la banda. La última terna del set fue para las ya clásicas “Las Cosas Simples” y “El Paño de Luis”, que sonaron más emotivas que nunca, y los ritmos reggae de “Años de Asaltos”. Todo en calma, un descanso para la entrega final de temas, tan o más demoledora que la inicial.
“5:30 AM”, fue el principio del fin, y la antesala para un clásico, sin duda uno de los mejores temas de la banda, la hipnótica “Tierra Oscura del Sol”, críptica y ritualesca como siempre, con una aceleración de pulso al final que desató la hecatombe en el respetable. La candente “Sí, me Saqué los Dientes” y la ganchera “Cuesta Respirar” vinieron después para tratar de sacarnos del trance y volvernos a la lucidez, pero justo cuando creíamos haber vuelto a poner los pies en la tierra comienza a sonar esa maravillosa base electrónica que nos lleva nuevamente hacia quizás dónde: era “Harto de Todo”, la épica que le da el nombre al último disco.
Ya después de eso sólo quedarían los últimos cartuchos para ocupar todas las pilas que quedaban, y sin duda en los temas que prosiguieron fue donde ocurrió la mayor interacción entre la banda y la fanaticada. Primero vino “Suerte”, donde el público se la cantó toda y Angelo dispuso todo para que así fuera. Luego “Pena de Ti”, donde todos sabíamos cuál era nuestra parte en la canción, coreando el sonido de la guitarra con un muy sentido “WHOO OHH OHH OHH OHH OHH”, muy al estilo de nuestros vecinos argentinos. Finalmente, la actuación del respetable se coronaría en “Suicidio General”, con una intro de batería del Negro Hidalgo que se hizo presente para recordarnos cuál era nuestro corto pero preciso papel en el tema: el ya clásico “WEI- CHA- FE!!!” que desde 2004 forma parte del libreto de toda presentación de la banda. “Respiro la Luz del Sol”, la solemne “No es malo”, “Festín de Muecas” y “Hazme Dormir” fueron las encargadas de cerrar el show. El único Bis, la pichanguera “El Rock del Poncho” para cerrar un show de 3 horas aproximadamente.
Un show impecable en cuanto a performance, equilibrado en cuanto a la proporción de temas por disco, y que dejó fuera su último single “El Ejemplo” (que muchos pedían desde el público) probablemente para grabar un show como los grandes: sin tirar toda la carne a la parrilla. Esperemos que el registro audiovisual de esta jornada no sea sino una imperdible pieza de colección para todo weichafero, para la gente de verdad.
por Crackhitler
fotos: Maulon
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