No hay segunda sin primera (ni Rock n' roll sin un buen comienzo).
Siempre he sido un admirador de los comienzos. Me refiero a los comienzos musicales, a los buenos comienzos musicales. Más específicamente aún: cuando tengo que escuchar un disco, estoy permanentemente alerta (sobre todo) a los Track #1. No hay nada mejor que cuando un disco comienza bien, ya sea de manera estruendosa, como un verdadero zapataso en las fauces, o de manera un poco más calmada pero igualmente intenso. Hay comienzos de discos que nos muestran a la banda en cuestión retornando a sus raíces (perdidas durante los últimos 2 o 3 discos que habían sacado anteriormente, típico), otros que nos muestran a una banda completamente distinta a lo que venían haciendo anteriormente, otros que no nos sorprenden en lo absoluto pero están tan bien ejecutados que dan ganas de pegarse cabezasos contra la pared. Hay Tracks #1 que no son más que la introducción perfecta para el Track #2, así como hay otras aperturas que nos engañan, y nos hacen creer que escucharemos un tremendo disco, y al final es sólo pura mierda cubierta por un tremendo Track #1. Cómo no emocionarse con "Shine on you Crazy Diamond", implorando a gritos la necesidad que tenía Pink Floyd que su amigo Barrett estuviera ahí, en la cúspide del éxito con ellos. Cómo no sorprenderse con “Black Dog”, que jamás se pensó que sería la apertura para un disco legendario como el Led Zeppelin IV. Cómo no darse cuenta de que estamos frente a un disco histórico cuando escuchamos “Five Years” en el Ziggy Stardust de Bowie, o cómo no sentir que estamos frente a una de las obras más grandes de la historia del rock cuando parte “In the Flesh?” en el “The Wall” de los mismos Pink Floyd. Imposible no rendirle pleitesía a la corte del Rey Carmesí y su "21st Century Schizoid Man", canción que da inicio a la historia de uno de los más grandes del progresivo de todos los tiempos: King Crimson.
En fin, muchos más, y más actuales, como el Track#1 de los años 90: “Smells like teen Spirit”, o quizá ud. prefiere a la magistral “Blind” de Korn, por allá por el año 93. “Stinkfist” del AEnima de Tool, que masivamente fue bautizada como “Track # 1” por MTV para transmitir su video, debido al “fuerte” contenido del título.
Así, podríamos seguir con “Go” de Pearl jam, “Down” de Stone temple pilots”, afirmando un retorno desde las cenizas, con Weiland recién salido de la cana. “Them Bones”, o en su opuesto “Rotten Apples” de Alice in Chains, “Mr Self Destruct” o “Somewhat Damaged” de NIN, hipnotizándonos con mala onda, o la misma “Pinion” que es la antesala perfecta para que entre Wish en el Broken. Cómo no agradecer a los desaparecidos Rage Against the Machine por empezar la Batalla de Los Ángeles con un tremendo temón como “Testify” o, volviendo un poco más atrás, a los Guns n Roses por partir con “Welcome to the Jungle” el clásico Appetite for Destruction. Y cómo dejar pasar a los considerados "padres del stoner", los herederos noventeros de Black Sabbath: Kyuss, con un adolescente Josh Homme y un John García mascullando las letras como perro con rabia, y las notables "Hurricane", "Gardenia" y "Thumb", dando inicio a tres discos de culto: "...And the Circus Leaves Town", "Welcome to Sky Valley" y "Blues for the Red Sun", respectivamente.
Podríamos seguir con la lista: “Cowboys from hell” del disco del mismo nombre, con el que Pantera comenzaba la década de los 90, o la inmortal “Enter Sandman” que abre el disco más exitoso de Metallica.
Si nos sumergimos en el siglo XXI, no podemos dejar pasar inicios tan perfectos como el del “Director’s Cut” de Fantomas, con uno de los mejores covers del rock como es "The Godfather”, o la tremenda partuza hecha canción en “Feel good hit of the summer” del Rated R de Queens of the Stone age.
Y ¿cómo quedar indiferentes ante el significado que se esconde tras Neil Peart tocando esa batería monstruosa en "One Little Victory" dando inicio a "Vapor Trails", el potente regreso de Rush? Mal que mal, hablamos de seis largos años de espera, del retorno a las pistas de otro gigante del rock progresivo. Treinta años no pasan en vano. Una pequeña pero majestuosa victoria, definitivamente.
En este año también han surgido unos Tracks #1 notables como la magistral “Life Wasted” que marcó el retorno de Pearl jam, con un disco homónimo que vino sólo a patear cráneos de muchos que creíamos que nunca más la banda de Seattle volvería a tocar así. La increíble “Rio Grande Blood” de Ministry, con Mr. Bush dándonos un mensaje con las guitarras más brutales del año de fondo. Katatonia con “Leaders” provocó que me gustara Katatonia, y Tool con “Vicarious” marcó su regreso después de 5 años.
Así uno podría seguir, con sus track#1 favoritos, u otros muy malos que nos hacen subestimar discos durante mucho tiempo (porque el track # 1 es como el olor de la comida) y rehuímos de ellos hasta que un día somos capaces de seguir hasta el track #2 y darnos cuenta de que fue solo un mal comienzo. No podemos negar que la primera canción tiene un poder notable, salud por eso.